Usar bien los palillos («hashi») tiene su intríngulis, y no sólo por el arte que hay que tener para hacer pinza con ellos. Entre bocado y bocado, deberemos dejarlos en el «hashi oki» (el soporte de cerámica donde se depositan los palillos). Ni que decir tiene que los palillos han de ser de madera: el metal está prohibido, pues alteraría el sabor del sushi.
Si estamos compartiendo el sushi con amigos, lo adecuado es utilizar la parte ancha de los palillos cuando tomemos piezas de una fuente o se las sirvamos al resto de comensales. Para coger el sushi de nuestro propio plato, los usaremos de la forma convencional, utilizando el extremo más delgado. Y algo muy importante:nunca, ni por casualidad, debe pasarse comida de un plato a otro con los palillos, puesto que es una imitación del rito funerario japonés (en el cual se trasladan los huesos del fallecido de persona en persona) y resulta extremadamente ofensivo. Tampoco debemos señalar con los paillos a otra persona, ni separarlos, ni juguetear con ellos. Si se nos rompe uno, debemos solicitar otro par, no uno suelto. Y, por supuesto, jamás debemos usarlos para pinchar la comida.